Las personas con comportamiento impulsivo tienen un umbral
de tolerancia más bajo que el resto de las personas y sufren una tasa emocional
elevada ante situaciones de la vida diaria sencillas que no debieran alterarlas
pero que sí lo hacen.
La impulsividad los lleva a la desesperación y a perder el
control sobre sí mismos. Se dice que alguien se comporta de manera impulsiva
cuando responde o actúa sin reflexión ni prudencia, dejándose llevar por la
impresión del momento.
Cuando la situación es percibida como una provocación, el
comportamiento impulsivo se manifiesta a través de la cólera y
el individuo actúa con agresividad. Aunque parezca que se obtiene un beneficio
a corto plazo (camiar la situación, por ejemplo) a medio plazo ya no es tan
beneficioso. Afloran los sentimiento negativos, la culpa, baja autoestima y las
posibles consecuencias jurídicas de lo que pueda haber hecho el sujeto
colérico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario