El lenguaje se configura como aquella forma que tienen los
seres humanos para comunicarse. Se trata de un conjunto de signos, tanto orales
como escritos, que a través de su significado y su relación permiten la
expresión y la comunicación humana.
El lenguaje es posible gracias a diferentes y complejas
funciones que realiza el cerebro. Estas funciones están relacionadas con lo
denominado como inteligencia y memoria lingüística. La complejidad del lenguaje
es una de las grandes diferencias que separan al hombre de los animales, ya que
si bien estos últimos también se comunican entre sí, lo hacen a través medios
instintivos relacionados a diferentes condicionamientos que poca relación
tienen con algún tipo de inteligencia como la humana.
Otra característica del lenguaje es que éste comienza a
desarrollarse y a cimentarse a partir de la gestación, y se configura según la
relación del individuo con el mundo que lo rodea. De este modo, aprende a
emitir, a escuchar y a comprender ciertos sonidos y no otros, planificando
aquello que se pretende comunicar de una manera absolutamente particular.
Como bien sabemos existen muchos lenguajes diferentes, con
lo que nos referimos a la diversidad de idiomas que existen alrededor del
mundo. Los investigadores no han encontrado aún alguna lengua primitiva que se
comporte como la madre de todas las demás, sin embargo, se han desarrollado
múltiples hipótesis que explican al lenguaje como el resultado de ciertas
relaciones psicofísicas que nacen a partir de las sensaciones, tanto visuales
como auditivas. Otra rama de hipótesis plantea que el lenguaje se deriva de una
evolución natural en la que convergen el entorno social y las necesidades humanas
que de ahí aparecen. Las teorías modernas apuntan a que el leguaje es parte
integral de nuestro cerebro, por lo que se va a manifestar de una forma u otra,
y la educación lo que hace es desarrollar este impulso y habilidad latentes en
nosotros.
A pesar del desconocimiento del origen del lenguaje, lo
único que es posible afirmar es que resulta absolutamente imposible definirlo
en forma acotada, ya que se trata de una facultad humana que evoluciona
constantemente ante la aparición de nuevas necesidades de expresión. De este
modo, no existe ninguna lengua que pueda decirse completa, ya que no existe
alguna que logre expresar la totalidad de sensaciones, sentimientos e ideas que
siente el ser humano.
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